El dadaísmo es un movimiento cultural que surgió en 1916 en el Cabaret Voltaire en Zúrich, Suiza. Para los miembros de Dadá, el dadaísmo era un modus vivendi que hacían presente al otro a través los gestos y actos Dadá: acciones que pretendían provocar a través de la expresión de la negación dadaísta. Al cuestionar y retar el canon literario y artístico, Dadá crea una especie de antiarte, es una provocación abierta al orden establecido.
Dadaísta suele ser una sucesión de palabras y sonidos, lo que hace difícil encontrarle lógica. Se distingue por: la inclinación hacia lo dudoso, la muerte, lo fantasioso, y la constante negación. Así, busca renovar la expresión mediante el empleo de materiales inusuales o manejando planos de pensamientos antes no mezclables lo cual conlleva a una tónica general de rebeldía o destrucción.
El Dadá es caracterizado, también, por gestos y manifestaciones provocadoras en las que los artistas pretendían destruir todas las convenciones con respecto al arte, creando, de esta forma, un antiarte. Sus orígenes se localizan cuando una serie de artistas de distintas nacionalidades se encontraron como refugiados en Zúrich durante la Primera Guerra Mundial.
El movimiento dadaísta es un movimiento antiartístico, antiliterario y antipoético porque cuestiona la existencia del arte, la literatura y la poesía. Por definición, cuestiona el propio dadaísmo.
